Esta semana bloomberg sorprendió con una nota que relata como muchos de los principales insumos como el bronce, el mineral de hierro, acero, maíz café, trigo y soya, madera, semiconductores, plásticos, cartón para empacar, entre otros han tenido una alta demanda en relación a su oferta empujando sus precios a los niveles más altos recordados recientemente.

De acuerdo con el sitio en línea, a un año de que fueran los consumidores los que realizaban compras de pánico por el COVID-19, en esta ocasión son las empresas las que se están sumando al frenesí de adquisiciones generando desabasto, cuellos de botella en el transporte y principalmente precios altos, lo que despierta la preocupación de una inflación.

Ante una recuperación vertiginosa en el consumo, muchas empresas están acumulando inventarios, ya que se están preparando para una elevada demanda, además que tienen la percepción de que pudiera haber desabasto y que esta situación se mantendría hasta el próximos año.

El Índice de Gestores Logísticos de Estados Unidos, que toma en cuenta a los responsables de suministros de las empresas y les pregunta cómo ven los gastos de inventario, transporte y almacén (los tres componentes clave de la gestión de las cadenas de suministro) ahora y dentro de 12 meses, se encuentra en el nivel más alto desde los inicios de su registro en 2016, y a futuro muestra poco respiro dentro de un año.

Aunado a lo anterior una serie de hechos han agravado esta escenario, tal como el bloqueo ocasionado por un buque en el canal de Suez que provocó retrasos en los envíos globales en marzo, las heladas en Texas que suscitaron apagones masivos y acabaron con las operaciones energéticas en febrero, recientemente el ataque cibernético que derribo el mayor oleoducto de combustible de Estados Unidos y que empujó los precios de la gasolina por encima de los 3 dólares por galón por primera vez desde 2014, así como los brotes masivos del COVID-19 en la india, que amenaza sus principales puertos.

En el tema agrícola, las sequías que ha atraído el fenómeno de la Niña han causado la disminución de la productividad en muchos de los cultivos, y actualmente tiene en riesgo la producción normal de granos importantes como la soya y el maíz en países con una importante participación como Brasil, ello junto con las mayores compras de China han disminuido los inventarios y han apreciado estos productos.

Actualmente, en algunas zonas de California, la falta de agua está orillando a productores de algunas áreas a dejar de sembrar, lo que pudiera tener efectos importantes en el abasto de Estados Unidos, ya que dicho estado aporta cerca de una tercera parte los vegetales de ese país y dos tercios de las frutas y nueces

En cuanto a los otros insumos, el petróleo ha mostrado un comportamiento alcista, así como el de los materiales industriales, desde el plástico, caucho a los productos químicos, y sus efectos en muchos de los casos ya están llegando a los consumidores.

Uno de los desabastos más importantes es el de los semiconductores en el centro de fabricación mundial de Asia oriental, que se ha extendido desde el sector automotriz hasta las cadenas de suministros de los teléfonos inteligentes. Ello está amenazando al sector electrónico y que pudiera afectar a las economías exportadoras asiáticas.

Asimismo el precio de madera, el cobre, el mineral de hierro y el acero se ha disparado en los últimos meses, por la mayor demanda de Estados Unidos y China, las dos principales economías del mundo.

De acuerdo con la publicación, estas tensiones pueden persistir porque para producir más es necesario contar con capital o mano de obra adicional, lo que en la mayoría de los casos requiere de tiempo y regularmente mayores costos.

Por otro lado, los responsables de la política monetaria de Estados Unidos, han indicado que los incrementos de los precios son transitivos y pueden llegar a un máximo, ya que por un lado el aumento en el consumo se está midiendo con referencia a las fuertes caídas del año pasado, también muchas de las empresas han mantenido la línea de las subidas de precios durante años y continúan reticentes a ellas ahora, así como el hecho de que tras el aumento de las materias primas se ha visto una disminución en el consumo, lo que puede repercutir de nuevo en los precios.

Fuente:

Bloomberg

Redacción: Miguel Delgado