A principios de junio, la Agencia de Alimentación de la ONU (FAO), indicó en su informe semestral de Perspectivas Alimentarias, que los costos de las importaciones de alimentos en todo el mundo incrementen a niveles record este año, presionando sobre todo, a los países más pobres, mismos que han sido los más afectados económicamente por la pandemia de COVID-19. Asimismo, el índice mensual de precios de los alimentos de la FAO en mayo, alcanzó el máximo en los últimos 10 años, reflejando fuertes incrementos en los cereales, aceites vegetales y el azúcar.
La FAO pronosticó con datos desde el inicio de la pandemia hasta el primer trimestre del 2021, Se pronostica que los gastos mundiales en la importación de alimentos, incluidos los costos de transporte, alcance los 1,715 mil millones de dólares este año, frente a los 1,530 millones del 2020; es decir, 12 por ciento más. Esto indica que el comercio agrícola mantuvo un crecimiento durante la pandemia, no obstante, los países dependientes de las importaciones tendrán mayores riesgos.
Dichos países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, verán un aumento del 20 por ciento en sus costos de importación de alimentos. Aunado a ello, las economías que dependen en alto grado del turismo, estarán más afectados.
Tratándose del bloque regional de América Latina, se experimentó un auge en las exportaciones adicionales, de alrededor de 10 mil millones de dólares, este repunte estuvo respaldado por algunos productos básicos, como las semillas oleaginosas, productos azucareros, seguidos de frutas y hortalizas.
En el tema de oleaginosas, la soya registró un aumento vertiginoso de las exportaciones de América Latina a China. Esto por varios factores, no tan relacionados a la pandemia, sino a la devastación de los inventarios de cerdos en China por el brote de peste porcina africana. A la par, se necesitaron más alimentos para aves de corral y acuicultura que crecieron en paralelo para compensar la menor oferta de carne de cerdo.
Otro factor que dinamizó el comercio en el 2020, fue que el tipo de cambio en Latinoamérica se depreció en general y en China se apreció. Además de que las exportaciones de carne de proveedores latinoamericanos al este de Asia aumentaron en casi 7 mil millones de dólares en 2020, de igual forma, cubriendo los déficits internos de China.
Finalmente, cabe destacar que los indicadores de seguridad alimentaria de la FAO en el 2020, señalan que en México, la inseguridad alimentaria moderada o grave, pasó del 27.4 por ciento al 34.9 por ciento, lo que representó más de 10 millones de personas afectadas y de casi 5 millones en situación de inseguridad alimentaria grave. Es necesario por lo tanto revisar a la luz de la pandemia y la crisis económica que esta sufriendo el país, si las políticas que la administración federal han logrado los objetivos planteados o si es necesario realizar ajustes que nos puedan llevar a una mayor producción de alimentos, pero que también puedan mejorar la logística, la comercialización, y la reducción de los desperdicios, para que nuestra población más vulnerable, no salga perjudicada ante los incrementos de los precios que observados a nivel mundial.
Redacción: Nio Sainz, Analista Económico de la AARC.
Fuente: www.fao.org