En el marco del Verano AARC 2021, se ofreció un curso en línea de introducción a la hidroponía, donde la Maestra en Ciencia de Plantas Karla García, directora de Hort Américas, explicó las bases de los diferentes tipos de sistemas y manejos, centrándose en los productos de mayor interés en la región y de alto valor para el mercado de exportación, como son los pepinos, chiles, tomates, lechugas y fresas.
La Hidroponía es una técnica que permite producir plantas sin suelo. La tierra se sustituye por un sustrato inerte que brinda sostén y retención de agua, mientras que la nutrición de la planta se da a través del agua, explicó García.
En este sentido, el agua se convierte en uno de los factores clave para cualquier persona que quiera incursionar en la hidroponía, sea de forma casera o comercial, debe saber manejar y analizar su calidad, para realizar los ajustes necesarios que permitan el buen desarrollo de los cultivos.
Una ventaja de dichos cultivos es que ahorran del 50 al 90 por ciento de agua, en comparación con las producciones tradicionales, argumentó García. Otros beneficios de la hidroponía, indicó la experta, son la obtención de productos de mayor calidad que se venden a un mejor precio, un ambiente más limpio al no contar con suelo que, al mismo tiempo, permite disminuir el uso de pesticidas.
No todos los sistemas hidropónicos sirven para todos los cultivos. Por ello, García detalló que, a grandes rasgos, existen dos grupos: sistemas cerrados y sistemas abiertos. Los sistemas cerrados hacen recircular el agua (reutilizándola); esto conlleva una mayor responsabilidad de tratamiento al agua y por lo general, se usan en cultivos pequeños, tales como los de hoja (lechugas).
Por otro lado, los sistemas abiertos se emplean en plantas más grandes como los tomates, pepinos, pimientos e incluso, cannabis. Esto se debe a que las plantas grandes cuentan con mayores raíces y se busca generar una mejor situación en esta zona, para estos cultivos, se requiere más cantidad de sustrato, que, al pasar por un riego por goteo, hace que el agua corra el riesgo de acarrear microorganismos u hongos que puedan contaminar las plantas, por lo que dicha agua recolectada al final de un dren es descartada para su reutilización.
Sin embargo, existen particularidades de las plantas que hacen variar el tipo de sistemas que se utilizan. Por ejemplo, las fresas, pese a que son plantas pequeñas, son muy exigentes en la zona radicular y requieren de sistemas abiertos, afirmó García.
Lo más común es que se utilicen sistemas abiertos, los cuales también ahorran bastante agua, aunque esta no recircule. Además, el hecho de que se recolecte el agua al final en un dren permite medir el agua que se aprovechó y la que se evaporó, lo que ayuda a contar con mejores indicadores y mediciones más controladas, frente a los métodos tradicionales.
Ahora bien, existen diferentes tecnologías de sistemas hidropónicos que se seleccionan de acuerdo con el tamaño, requerimiento del cultivo, calidad del agua con la que se puede contar, presupuesto y ubicación geográfica. La ubicación geográfica es una variable extensa, recordó la experta, ya que implica elementos como el clima, la disponibilidad de corriente eléctrica y las dinámicas del mercado o determinar quiénes son los clientes potenciales, que a su vez pueden influir en el tipo de empaque que requerirán los productos.
Algunos de los sistemas hidropónicos comunes, son el DFT (Técnica de Flujo profundo) o el DWV (Cultivo de raíz flotante), mayormente utilizado en plantas pequeñas, como las lechugas y las aromáticas. El NTF (Nutrient Film technique), que es ideal para terrazas o granjas verticales, igual para plantas pequeñas (excepto fresas).
De la misma manera, García detalló que el Sistema de Cubeta Holandesa (Dutch Bucket), sirve tanto para plantas grandes y pequeñas, cuenta con riego por goteo, buen espacio y ambiente para raíces y es fácil de instalar. También, se mencionaron las aplicaciones de las Bolsas de Cultivo y Flujo y Reflujo, aunque este último no es muy recomendable para climas áridos por contar con tubos de PVC que tienden a calentarse.
Por último, García resumió que la hidroponía está cobrando cada vez más auge, en México, sobre todo en el centro y sur y partes de Baja California, llegando poco a poco a la zona noroeste. Esto se debe, a que colabora al uso racional de los recursos y ciertos organismos internacionales que promueven la sustentabilidad como la FAO, la han estado abordando como una de las soluciones para aumentar la producción de alimentos, ante una población en crecimiento.
Una vez que se decide incursionar en los cultivos hidropónicos, se puede comenzar caseramente (para autoconsumo) o bien, en términos comerciales resulta viable desde una hectárea, infirió la experta. Lo primero, es elegir el producto y preguntarse qué sistema hidropónico se puede utilizar, recordando que no todos sirven para todas las plantas.
La segunda pregunta es: qué sustrato se puede utilizar; la tercera, es el sistema de riego y finalmente la solución nutritiva necesaria. Al hablar de la solución nutritiva, García abordó que es importante analizar la calidad del agua, ya que, este es el medio por donde llega la nutrición a las plantas.
Cuando se cumple con lo anterior, se pasa a ver el tema del control ambiental que funciona para planear las fechas de los cultivos y saber qué condiciones necesitan los invernaderos. Una vez echado a andar el cultivo hidropónico se requiere de conocimiento sobre cómo manejar el cultivo, porque existen variaciones frente a otros métodos, así como la adquisición y uso de sensores (a la medida y dentro del presupuesto del proyecto) para distintas mediciones (pH, electro-conductividad, temperatura, humedad, luz, etc.) finalizó García.
Sigue cultivando conocimiento en el Verano AARC 2021, en línea y visualiza este curso completo y muchos más, de forma gratuita en la página de Facebook de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, los días 18, 20, 25 y 27 de agosto, con temas de alto valor para los productores, aliados, asociados y público en general.
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Redacción: Nio Sainz, Analista Económico de la AARC.