Los brazos de la ONU para la alimentación, desarrollo y medio ambiente (FAO, PNUD y PNUMA), emitieron el 14 de septiembre, un informe que concluye que 87% de los subsidios y apoyos otorgados actualmente a los productores agrícolas, se dirigen a medidas frecuentemente ineficientes e inequitativas; que también distorsionan los precios de los alimentos y causan estragos en el medio ambiente y la salud de las personas.

El reporte titulado ¨Una oportunidad multimillonaria: Replanteamiento del apoyo agrícola para transformar los sistemas alimentarios¨, llama a los gobiernos a reconsiderar la forma en la que se subsidia y apoya a la agricultura, para lograr transformar los sistemas alimentarios y alcanzar los objetivos y metas de desarrollo sostenible (ODS).

Alrededor de 540 mil millones de dólares por año (equivalentes al 15% del valor total de la producción agrícola), es el apoyo neto registrado entre 2013 y 2018 en 88 países. De los cuales, 294 mmd corresponden a incentivos de precios y aproximadamente 245 mmd, se vinculan a subsidios fiscales a los productores, que en su mayoría (70%), se relacionan a la generación de productos básicos.

Los 110 mmd restantes, fueron utilizados para financiar transferencias al sector agrícola en su conjunto, en forma de servicios generales o bienes públicos. Si continúan las tendencias actuales, este apoyo podría llegar a casi 1,8 mil millones de dólares en 2030, indicó el informe de la ONU.

Los factores negativos encontrados en los incentivos de precios (aranceles de importación y subsidios de exportación), son la generación de una brecha entre el precio de producción nacional y el precio de frontera en un producto agrícola específico. Si bien, estas medidas favorecen a algunos productores, dependiendo del cultivo, a la par, pueden distorsionar decisiones de comercio, producción y consumo de alimentos.

De manera similar, los subsidios fiscales vinculados a la producción de un producto básico específico, en ocasiones acarrean efectos negativos en el ambiente. Ejemplos de ello son el uso excesivo de agroquímicos, des-racionalización de los recursos naturales y la promoción del monocultivo, lo que trae además, resultados malos para la nutrición de las personas, al fomentar desproporcionadamente la producción de alimentos básicos, sobre frutas y vegetales, advirtió el informe.

Estos subsidios también agotan los recursos públicos, los cuales podrían invertirse en áreas con retornos mayores y beneficios más duraderos, dificultando el uso eficiente y más sostenible de los fondos públicos que a menudo son limitados.

¨El apoyo unido a la producción puede, en última instancia, obstaculizar el desarrollo sostenible del mercado, desencadenar shocks de precios a escala mundial, incentivar la producción de productos con alto índice de emisiones o penalizar la disponibilidad y asequibilidad de alimentos más diversificados y nutritivos, en particular para los consumidores más pobres. Por el contrario, las subvenciones no vinculadas a la producción de un cultivo específico y las transferencias fiscales para la prestación de servicios del sector general son las medidas menos distorsionantes¨ señala el documento.

En este sentido, los países con mayores ingresos, que consumen más lácteos y cárnicos, son los que generan más emisiones de carbono. Sin embargo, en los países menos desarrollados, los gobiernos, tienden a apoyar la producción de alimentos básicos, es decir, cereales, desincentivando la diversificación de productos hacia otros más nutritivos como frutas y verduras.

Dado el contexto, la ONU establece seis pasos para desarrollar una estrategia de replanteamiento de los apoyos agrícolas. Mismos, que deben ser evaluados sistemáticamente para garantizar una coherencia de las políticas en toda la cadena de suministro, aprovechando las sinergias y tomando en cuenta las circunstancias de cada país que permitan definir las medidas de apoyo a los productores que conduzcan a sistemas alimentarios más saludables, sostenibles, equitativos y eficientes.

6 pasos para reconsiderar y transformar los apoyos a productores agrícolas de la ONU:

  1. Estimar el apoyo ya brindado
  2. Identificar y calcular el impacto de los apoyos dados
  3. Diseñar estrategias de reordenamiento de los incentivos
  4. Pronosticar el impacto futuro de las estrategias
  5. Revisar y perfeccionar las estrategias antes de implementarlas
  6. Monitorear los resultados de los nuevos apoyos

Aquí cabe mencionar que este esfuerzo de racionalización de los subsidios debe de darse de manera conjunta en todos los países para que nuestros productores no se encuentren en desventaja frente a los de otros países. También es importante resaltar la importancia de realizar este análisis cuando consideramos la discusión que actualmente se esta realizando en el congreso de la unión para la aprobación del presupuesto al sector.

Redacción: Nio Sainz, Analista Económico de la AARC.

Fuente: www.fao.org