La FAO tuvo un evento esta semana, en donde comentaron que con la intensificación de los fenómenos meteorológicos de El Niño y La Niña, es fundamental adoptar medidas preventivas eficaces para proteger y equipar mejor a las comunidades antes de las crisis, ya que ayuda a salvar vidas y proteger los medios de subsistencia al prevenir daños y pérdidas a los cultivos, el ganado, las actividades productivas tierras, agua e infraestructura, afirmó Beth Bechdol, Directora General Adjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La directora ofreció información sobre la experiencia de la FAO en la lucha contra el último El Niño y sus impactos en un evento temático de alto nivel titulado
“El Niño 2023-2024: Acciones para la seguridad, la sostenibilidad y la resiliencia de las personas y el planeta”.
El fenómeno de El Niño de 2015-2016 –uno de los más fuertes registrados– afectó a más de 60 millones de personas en todo el mundo, lo que llevó a 23 países a solicitar asistencia humanitaria internacional por valor de más de 5 mil millones de dólares. Y el evento más reciente en 2023- 2024 es uno de los cinco más fuertes registrados y crea necesidades abrumadoras entre los más vulnerables.
“A menos que mejoremos drásticamente nuestra capacidad para anticipar, actuar con rapidez y crear resiliencia climática a largo plazo, no podremos hacer frente a El Niño y otros fenómenos climáticos extremos en aumento. Sabemos que podemos adelantarnos a los desastres, evitar y minimizar los impactos y, en última instancia, reducir las necesidades humanitarias, pero esto requiere invertir en la agricultura y los agricultores”,
afirmó Bechdol. Tales acciones pueden abarcar desde transferencias de efectivo que ayudan a los pescadores a almacenar sus embarcaciones y equipos antes de una tormenta hasta kits de jardinería que ayudan a las familias a producir alimentos en casa. En las comunidades de pastores, la FAO proporciona alimentos para animales y vacunas para mantener vivo y saludable el ganado esencial antes de la sequía, mientras que los agricultores pueden obtener riego por goteo y semillas resistentes a la sequía. La directora esbozó cuatro medidas clave que cambiarán las reglas del juego para hacer frente de manera eficiente a los fenómenos meteorológicos extremos:
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Colaboración internacional, entre científicos del clima y actores humanitarios y de desarrollo, para abordar la naturaleza transfronteriza del cambio climático;
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Inversiones específicas en agricultura, particularmente en sistemas de alerta temprana para poder traducir las previsiones en medidas viables;
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Intensificar las medidas, incluida la ayuda agrícola de emergencia antes y durante las crisis, para impulsar la producción local de alimentos; y
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Aumento de la financiación para mejorar la acción anticipadora y desarrollar la resiliencia climática.
Bechdol concluyó instando a la comunidad internacional a ampliar el enfoque más allá de los esfuerzos de respuesta inmediata para incluir soluciones a más largo plazo a los fenómenos meteorológicos extremos y al mismo tiempo vincular mejor los esfuerzos humanitarios, de desarrollo y de paz para ofrecer las mejores soluciones a los desafíos de hoy y del futuro.
La respuesta de la FAO a El Niño
Utilizando modelos basados en patrones climáticos anteriores provocados por El Niño, la FAO actuó rápidamente para evitar lo peor de sus efectos en 2023-2024, lanzando junto con gobiernos y socios acciones anticipadoras en 23 países en riesgo. Ejemplos de acciones sobre el terreno incluyeron: reparación o construcción de sistemas de riego e intervenciones de salud animal para abordar posibles brotes de enfermedades inducidas por la sequía; reparar riberas de ríos, rehabilitar canales y proporcionar transferencias de efectivo antes de las inundaciones para que las familias puedan tomar sus propias decisiones para satisfacer sus necesidades.
En Centroamérica, por ejemplo, la distribución oportuna de semillas de cultivos tolerantes a la sequía y de ciclo corto ha ayudado a cada familia que recibe asistencia a producir alrededor de 60 kg de hortalizas cada dos meses, para mitigar el impacto de la sequía inducida por El Niño en los alimentos locales.
Según las evaluaciones de la FAO, por cada dólar invertido en medidas preventivas, se genera un retorno para las familias de agricultores de más de 7 dólares en pérdidas evitadas y beneficios añadidos.
En el caso de Sinaloa, La Niña de los últimos años ha generado la sequía que se ha venido presentando. Pero El Niño de este año pasado no trajo lluvias y si más calor al estado y al resto de México. Impulsando la incertidumbre, el fenómeno de El Niño está terminando y cambiando rápidamente a La Niña para este verano (como se puede ver en la figura), lo que podría impactar positivamente las lluvias en el centro y sur del país, pero como mencionamos anteriormente este fenómeno afecta negativamente las lluvias de nuestro estado, por lo que podría presentarse un respiro a las condiciones criticas de nuestras presas y la sequía que aqueja a todos los municipios de nuestro estado.