La semana pasada el diario británico Financial Times publicó que de acuerdo a directivos de las principales empresas comercializadoras de productos agrícolas, el mercado de maíz, soya y trigo se mantendrán fuertes en los próximos dos a cuatro años, con precios impulsados por la demanda de China y la producción de biocombustibles.

Pese a la volatilidad de las últimas semanas motivadas tanto por la fortaleza del dólar como por las proyecciones meteorológicas que afectan a los actuales cultivos de Estados Unidos, la cotización del maíz se mantiene en niveles casi al doble de los observados en la temporada previa.

“Estamos en un entorno donde los temas de crecimiento poblacional, incremento de la riqueza y mayor consumo están impulsando la demanda, aunado a ello se ha incrementado la demanda de combustibles que se derivan de las plantas”, menciona David Mattiske, Director ejecutivo de Viterra. “Ciertamente estamos viendo un mini súper ciclo”.

Un súper ciclo, se refiere a un crecimiento importante de la demanda que supera las expectativas y ocasiona un déficit en la oferta, lo anterior genera una apreciación y posteriormente un colapso de la demanda y eventualmente del precio (por encima de lo que se venía observando en los últimos años). De acuerdo a bloomberg la diferencia entre un aumento cíclico y un súper ciclo es la magnitud en que la demanda supera la oferta y la cantidad de tiempo que demora llevar más oferta al mercado.

Si bien, los precios más altos que el promedio serán de gran ayuda para los agricultores, quienes se han visto presionados económicamente por varios años de precios estancados en el mercado internacional, desafortunadamente pudiera generar incrementos en los costos de los alimentos, y afectar especialmente a países pobres que sufrirán fuertes estrago por los efectos económicos de la pandemia, así como del encarecimiento de la comida.

El impulso en la demanda de maíz inicio en la segunda mitad del año pasado, después que los países y las compañías se apresuraron a incrementar sus reservas. Aunado a ello, China tuvo una pobre cosecha, que tuvo que compensar con un incremento record de sus importaciones alcanzando las 11.3 millones de toneladas en 2020, las cuales más de un tercio provinieron de Estados Unidos.

De acuerdo con Alex Sanfeliu, líder de la unidad comercial de Cargill, señala que las dos grandes cosechas anuales de maíz y soya, una en Estados Unidos y otra en Brasil, hacen que los superciclos de cereales y oleaginosas tiendan a ser más cortos que el de otros cultivos, pero predijo un mercado alcista para los próximos dos a cuatro años. “Las características del superciclo están ahí”, dijo.

En los últimos meses los datos de importaciones chinas han tomado por sorpresa a los analistas y comercializadores, y desató un debate respecto a que si las compras estarán enfocada a reponer sus existencias o si simplemente continuarían comprando grano.

Muchos ejecutivos piensan que la brecha persistirá y que continuaran importando maíz. El jefe de granos y semillas oleaginosas de Cofco International, el brazo comercial del conglomerado estatal chino, dijo que había un desequilibrio en el lado de la oferta debido a una mala cosecha. “El déficit de oferta llegó para quedarse”, dijo

Sin embargo, Gary McGuigan, jefe de comercialización de Archer Daniels Midland mencionó, “Hemos visto una gran corrección en los precios durante las últimas semanas “, y agregó que si bien la dinámica de la demanda estaba” cambiando definitivamente “, era demasiado pronto para llamar a un mini superciclo.

Etanol

Otro factor es el etanol, dado que la recuperación económica se ha observado una mayor demanda de biocombustibles que han incrementado la cotización de la soya a niveles sin precedentes. De acuerdo con Paul Maass, Director ejecutivo de Scoular, mientras que el gobierno de Estados Unidos presiona para una reducción en el uso de combustibles fósiles, muchos están incrementando la cantidad mezclada en el petróleo. El etanol usualmente ayuda a reducir el precio de la gasolina, al ser una fuente económica del octanaje que necesita la gasolina.

Sin embargo, el incremento actual de los precios ya está haciendo estragos en la producción, y en la semana Reuters señaló que los dos principales productores de etanol en el mundo, Brasil y Estados Unidos esperan reducir su producción en los próximos meses por el incremento de los costos de la azúcar y el maíz. Dichos países, representaron el 75% de las exportaciones mundiales.

Las exportaciones estadounidenses mantendrán sus inventarios reducidos en los próximos meses, por la demanda de China, por lo que se estima que los inventarios caerán a los niveles más bajos de los últimos ocho años antes de su próxima cosecha en septiembre. Asimismo, Brasil, afectado por la sequía, espera que este año disminuyan sus cosechas de maíz y azúcar, las principales materias primas para la producción de etanol.

Lo que sugiere que la producción de etanol en Estados Unidos y Brasil probablemente se reducirá en los próximos meses, ya que la escasez de suministros de maíz y los elevados costos hacen que los márgenes de beneficio del etanol entren en números rojos, o se tenga que repercutir estos costos en un incremento en los precios de la gasolina de éstos países.

Redacción: Miguel Ángel Delgado, Analista Económico de la AARC.

Fuente: Financial Times, Bloomberg y Reuters