El reporte ¨Conduciendo al Desperdicio¨, de la WWF o Fondo Mundial para la Naturaleza y la cadena multinacional de ventas al por menor Tesco, estima que la pérdida y el desperdicio total de alimentos, supera los 2,500 millones de toneladas (cerca del 40 por ciento), en comparación con el 33 por ciento que comúnmente se cita.

El informe se enfoca en la pérdida de alimentos en el campo, un rubro que ha sido desatendido en comparación con los esfuerzos dirigidos al comercio minorista y los hogares. Los resultados obtenidos, permiten tener una imagen más clara de la escala de la pérdida del desperdicio de alimentos del campo hasta la mesa y la invitación a que no se pase por alto en los esfuerzos por mitigar el calentamiento global.

El WWF y Tesco, estimaron que se desperdician 1,200 millones de toneladas de los alimentos producidos mundialmente antes de dejar el campo, durante y después de la cosecha, esto equivale al 15.3 por ciento de los alimentos que se producen mundialmente, unos 370 millones de dólares.

A lo anterior, se suman 931 millones de toneladas que se desperdician en el comercio minorista, servicios de alimentos y hogares, provenientes del Índice de Desperdicio de Alimentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), más otros cálculos, donde se estimaron las pérdidas que ocurren en el transporte, almacenamiento, fabricación y procesamiento. Dando como resultado las 2,500 millones de toneladas mencionadas que se están perdiendo al año.

Estos aumentos en los valores de alimentos perdidos y desperdiciados contenidos en Conduciendo al Desperdicio, significan también mayores registros de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pasando del 8 por ciento de estimaciones anteriores, al 10 por ciento de las emisiones totales de GEI.

El estudio reveló, que esta falta de priorización de medición y reducción de pérdida y desperdicio de alimentos en el campo, ha llevado a los países de altos y medianos ingresos de Europa, América del Norte y Asia Industrializada, con solo el 37 por ciento de la población mundial, a contribuir con el 58 por ciento de la pérdida durante la cosecha del planeta (368 millones de toneladas), a pesar de tener una mayor mecanización en las agrícolas. En comparación con los países de bajos ingresos que tienen el 63 por ciento de la población, y pierden el 54 por ciento de los alimentos en las etapas posteriores de la cosecha (291 millones de toneladas).

Es por ello que la WWF y Tesco, recomiendan actuar para abordar la pérdida de alimentos a nivel mundial y no solo en regiones específicas. Las soluciones en el pasado se han centrado en soluciones técnicas, abordando problemas de tecnología agrícola o almacenamiento, ignorando en gran medida, los factores socioeconómicos y de mercado que configuran el sistema agrícola, es por ello, que delinearon las siguientes áreas de acción.

 

Áreas de Acción

 

  1. Mercados y cadenas de suministro: Las estructuras de mercado actuales, separan a los agricultores del mercado final, lo que puede provocar desajustes en los volúmenes de producción, el tiempo de siembra, la selección de cultivos y el tiempo de cosecha, lo cual influye en los niveles de desperdicio de alimentos. Además, existen asimetrías de poder que favorecen a los mercados sobre los agricultores, dificultando la capacidad de los productores para negociar, reduciendo sus ingresos y manteniendo los ciclos de pobreza y la falta de capacitación y tecnología para reducir el desperdicio de alimentos.
  2. Gobiernos nacionales: Los gobiernos nacionales juegan un papel clave en determinar la importancia que se le da al trabajo de desperdicio de alimentos y las prioridades en las cadenas de suministro. Pese a que el desperdicio de alimentos contribuye masivamente a la huella de carbono de las naciones, menos del 6 por ciento de los firmantes del Acuerdo de París, han incluido la pérdida y el desperdicio de alimentos en sus planes nacionales de emisiones de carbono. Se necesita que la pérdida de alimentos en el campo y las agrícolas, ocupe un lugar más alto en la agenda de las políticas.
  3. Instituciones multilaterales y ONG: A nivel mundial, las iniciativas de desperdicio de alimentos deben esforzarse para lograr un progreso en la medición y reducción de pérdidas en el campo. Esto puede ser respaldado por el objetivo de reducir el 50 por ciento del desperdicio de alimentos de la granja a la mesa.
  4. Los ciudadanos: El público está involucrado de forma activa, pero hasta ahora, no está muy informado de la cantidad de alimentos que se desperdician en el campo. Con una mayor divulgación de estos datos, pueden surgir actores sociales más activos en este tema, e impulsar a los agricultores a tomar medidas que ayuden a alimentar a más personas, a sus bolsillos y al medio ambiente.

 

Las evidencias de la pérdida de alimentos en la etapa de la granja, en el informe Conduciendo al Desperdicio, concluyen en que es un punto crítico del desperdicio de alimentos que ha sido pasado por alto a nivel mundial. El estudio hace imperativo que los trabajos para estabilizar el cambio climático, ralentizar y revertir la pérdida de biodiversidad y aumentar la seguridad alimentaria, transiten a una agricultura sostenible, que no pase por alto el objetivo de disminuir dicho rubro de pérdida y desperdicio de alimentos, el cual, contribuye con el 16 por ciento de todas las emisiones de GEI agrícolas, mismas que pueden afectar los usos de los suelos y la salud del medio ambiente.

 

Redacción: Nio Sainz, Analista Económico de la AARC

Fuente:

wwf.panda.org