Con base en la mejora continua, las organizaciones de productores, las empresas y las instituciones gubernamentales, tienen un constante interés por mejorar los rendimientos, en uno de los cultivos más representativos de Sinaloa: el maíz.

Por ello, cultivar conocimiento que recopile las experiencias exitosas, es una de las finalidades del Verano AARC 2021. Evento en el cual, se ofreció la conferencia ¨Principios para lograr alto rendimiento en maíz en el Valle de Culiacán¨ el pasado miércoles 1 de septiembre, impartida por el Ing. Leonardo Lugo Gaxiola, representante CIMMYT HUB pacífico norte.

Con base en su experiencia en el CIMMYT y retomando los trabajos de los últimos 30 años, del INIFAP, Fundación Produce Sinaloa se presentaron algunos principios para el alto rendimiento e información de casos de éxito en otros países maiceros como Estados Unidos, Brasil y Argentina; Lugo compartió algunos antecedentes que sirven como premisas básicas del alto rendimiento en maíz:

  1. El rendimiento nunca se antepone ante la rentabilidad
  2. Buscar la practicidad en el manejo para poder escalar o replicar
  3. Sinaloa aún no tiene la genética/manejo y las condiciones climáticas para hacer escalable una producción de 20 ton/ha.
  4. Tenemos excelentes condiciones para rendimientos estables y de alta calidad de grano.

Es importante también, dar a conocer el contexto, comentó Lugo. 1) En el estado la producción de Otoño-invierno es un ciclo largo, 2) predomina el riego por gravedad, 3) utilizamos 100% semilla híbrida (no OGM), 4) más del 95% del maíz es blanco, 5) contamos con sistemas tradicionales mecanizados, 6) existe la problemática del monocultivo, y, 7) la producción se realiza al nivel del mar (0-60 msnm).

Elementos clave para lograr altos rendimientos en maíz

De acuerdo con Lugo, son 8 los factores esenciales del alto rendimiento:

  1. Clima: se puede decir que influye en un 50% o más en el rendimiento del maíz, y, dado a que no se tiene un control sobre este. La recomendación es ser muy prácticos e irse adaptando; por ejemplo, a las fechas de siembra idóneas, las cuales han ido cambiando.
  2. Practicar la conservación y aumentar la fertilidad del suelo: consiste en cuidar el suelo, mantenerlo y mejorarlo a través del tiempo.
  3. Elección del híbrido: de acuerdo a su potencial de rendimiento y adaptación en la zona.
  4. Calidad de siembra: dependiendo de la densidad, emergencia uniforme y arreglo espacial.
  5. Calidad de agua y aplicación de riego.
  6. Uso eficiente del nitrógeno
  7. Rotación de cultivos
  8. Control fitosanitario

Los 8 elementos mencionados, a su vez, se componen de diversos temas como el de agricultura de conservación, la adquisición de tecnologías de precisión como el GPS, transitar a sistemas de germinación en seco, fertilización con el principio de las 4R, entre otros, que valen la pena explorar o aprender.

Experiencias locales de alto rendimiento en maíz

Con respecto a la experiencia práctica, se presentaron algunas de sus experiencias con rendimientos superiores a las 15 ton/ha de maíz. En el primer caso, Lugo indicó que en un lote de 49 hectáreas de barrial con un sistema convencional y riego de gravedad, se obtuvieron 15.9 ton/ha. Para lograr tales rendimientos, se sembró el 22 de noviembre del 2020, se aplicó una densidad de siembra de 111,000 sem/ha, camas de 76 cm, y 160 unidades de nitrógeno.

Lo anterior, es una suma de elementos que se alinearon, argumentó Lugo. Algo elemental en este caso, fue el tomar decisiones con base en un análisis de suelo donde ya se contaba con muchos nutrientes, ya que no se aplicaron foliares ni fósforo ni potasio y poco fertilizante nitrogenado. Esto, junto al buen manejo fitosanitario, genera ahorros que rondan de los 1,000 a los 4,000 pesos por hectárea.

Los altos rendimientos también pueden lograrse en maíz amarillo. Prueba de ello, fue la experiencia que compartió Lugo en una superficie de 20 hectáreas de barrial, con siembra directa y riego por goteo. La densidad de siembra utilizada fue de 105,000 sem/ha, arreglo de siembra 70-90 en camas de 1.5 m, con una fecha de siembra del 18 de diciembre del 2019. Pese a que se tuvo un gran problema con el pulgón se lograron rendimientos de 15.8 ton/ha en maíz amarillo.

Algunos de los comentarios comunes de los productores, es que el alto rendimiento se da en lotes chicos o medianos, recordó Lugo. Sin embargo, una de sus mejores experiencias fue en lote de 153 hectáreas de barrial, con sistema de labranza reducida y riego por goteo, donde consiguieron 18.05 ton/ha. Esto se logró con una densidad alta de 123,000 sem/ha, arreglos de siembra de 35-40-35 en camas de 1.8 m, con fecha de siembra del 26 de noviembre al 28 de diciembre del 2020.

En Sinaloa tenemos la capacidad de producir entre 15 y 19 ton/ha siendo aún rentables y prácticos reflexionó el experto. No hay recetas ni productos mágicos, cada productor se debe adaptar a sus condiciones tecnológicas y de campo. No cabe duda, de que sobre alto rendimiento, tenemos un camino largo por andar, ¨los invito a cosechar éxito¨ concluyó Lugo.

Los interesados en ahondar en este y otros cursos del veranos AARC pueden consultarlos a su conveniencia ya que se encuentran disponibles al público en la página de Facebook de la AARC y en el canal de Youtube del CIMMYT, les damos las gracias a todos los participantes por ser parte de este esfuerzo y de contribuir a mejorar la rentabilidad del campo sinaloense.

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Redacción: Nio Sainz, Analista Económico de la AARC.