El Glifosato no es cancerígeno, de acuerdo con una Agencia de la Unión Europea
De acuerdo con la Agencia Europea de Sustancias Químicos (ECHA) que es la encargada de medir el riesgo de los productos: No se puede concluir que el herbicida glifosato causa cáncer.
Según el reporte publicado por la misma agencia, “Basado en una amplia revisión de la evidencia científica, el comité nuevamente concluye que clasificar el glifosato como cancerígeno o mutagénico no está justificado”, escribió la ECHA en una opinión del Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) de la agencia el lunes (30 de mayo). Los expertos independientes del comité evaluaron un gran número de estudios científicos e información recibida de una consulta contra los criterios de clasificación, etiquetado de la UE y regulación de envases. El grupo de trabajo estuvo conformado por las agencias de Suecia, Francia, los Países Bajos y Hungría. Por lo que el estatus actual del Glifosato no cambiará.
A diferencia de lo que plantean nuestras autoridades, el Glifosato si se puede importar a la Unión Europea (UE) bajo las condiciones regulatorias actuales, y con este nuevo estudio, no cambiará su situación, por lo que podrá seguir importándose a ese grupo de países, debido a que no pudo demostrarse que tenga los efectos nocivos que sus detractores han planteado.
Es necesario también mencionar que esta evaluación se llevó a cabo en el contexto de una revisión del químico para renovar la aprobación del herbicida polémico antes de que expire la aprobación que actualmente mantiene hasta finales del 2022. Sin embargo, el Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA confirma su veredicto anterior que puede causar “lesiones oculares graves” y también es “tóxico para la vida acuática con efectos duraderos”.
En un comunicado, Glyphosate Renewal Group, el grupo de empresas agroquímicas que juntas solicitan la renovación de la aprobación de la sustancia acogió con beneplácito y dijo que “sigue comprometido a cumplir con todos los aspectos del proceso regulatorio de la UE en curso”. Sin embargo, los defensores de la salud y el medioambiente no estaban contentos con la evaluación y dijeron que la agencia no había tenido en cuenta toda la evidencia relevante.
Lo que sigue para este proceso, es que la Comisión Europea analice las conclusiones de este comité por medio de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE (EFSA). La Comisión luego presentar un informe de renovación y un proyecto de reglamento a los Estados miembros sobre si la aprobación del glifosato puede renovarse o no.
En comparación con la evaluación de la ECHA, el informe de la EFSA tendrá un alcance más amplio y cubrirá no solo la clasificación de riesgo del glifosato como sustancia activa, sino también preguntas más amplias sobre los riesgos de exposición para la salud y el medio ambiente.
A pesar de que este procedimiento aún no ha terminado es un indicio de que la toxicidad del Glifosato no es del todo materia juzgada y que la evidencia científica presentada a este comité no fue concluyente. Siendo la UE uno de los países más estrictos en cuanto a sus regulaciones de productos, particularmente aquellos que tienen posibles efectos para la salud y el medio ambiente.
Por lo que es muy relevante para el debate que también se ha dado en México en torno al decreto para su prohibición. En ese decreto tambien se propone que sea el Conacyt la agencia mexicana que determine si es seguro su uso o si es más recomendable eliminar su uso en el campo mexicano. Esperamos que con esta nueva determinación, nuestras autoridades y los científicos encargados de la evaluación del Glifosato aquí en México, consideren la evidencia obtenida por la ECHA, ya que puede enriquecer el debate y se incorporen los argumentos científicos presentados, no solo los argumentos ideológicos que se han presentado hasta el momento.
También conminamos a la autoridad a considerar los posibles efectos económicos de seguir con el decreto de prohibición. De seguir con la política planteada, se deben ofrecer alternativas a los productores que sean viables técnica y económicamente, para que no afecten la productividad de los productores, especialmente en un contexto de alta demanda de alimentos y de una inflación creciente.