El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), a través de su reporte del mes de julio, indicó que la “Estimación de oferta y demanda mundial de productos agrícolas” aumentó su proyección de producción de maíz para la temporada 2018-2019 en 1.35% en comparación al pronóstico de junio, a 361.46 millones de toneladas por el incremento en la superficie que registró en su informe “superficie sembrada” del 29 de junio.

De acuerdo con dicho documento, en la temporada en curso, se sembraron 36 millones de hectáreas, es decir 400 mil hectáreas más que el pronóstico de siembra del 29 de marzo, por lo que la producción esperada creció en cerca de 4 millones de toneladas más.

Sin embargo, el USDA mantuvo el rendimiento esperado de 10.92 toneladas por hectárea, e informó que en junio la precipitación en sus principales estados productores de maíz estuvo por encima de lo normal, asimismo comentó que la floración está adelantada a los promedios históricos y estiman que la fase crítica de polinización se dará a mediados y finales de julio. Es decir que será un punto importante que definirá los rendimientos de la siembra del principal productor de granos del mundo.

Además de aumentar la proyección de oferta, también destacó una expectativa de incremento de la demanda en comparación a la estimación del mes anterior, impulsado principalmente por un consumo de 1.9 millones más de toneladas para alimento de ganado, por la mayor producción esperada y por la disminución en el uso de maíz para la producción de etanol. Asimismo, se estima que las exportaciones aumentaran en 3.1 millones de toneladas por que calculan que países como Argentina, Brasil y Rusia disminuirán su comercialización al exterior.

Todo lo anterior se resume en que tenemos una demanda creciendo más aceleradamente que la producción, lo que provocará un descenso en los inventarios iníciales por el orden de 1.9 millones de toneladas en 2018-2019, debido a las mencionadas mayores expectativas de exportación en 2017-2018 y aumentos en el consumo de grano para alimentos, semillas y uso industrial de 635 mil toneladas más para la obtención de etanol. La estimación de inventarios finales es de 39.43 millones de toneladas, 640 mil toneladas menos que lo calculado en junio y menor a lo que esperaban los mercados.

Definitivamente esto puede representar buenas noticias para los productores sinaloenses, porque de mantenerse estas proyecciones se estaría hablando de que Estados Unidos tendría menos maíz almacenado que el que se estimaba y que el año próximo pudiera haber menores inventarios, lo que podría incrementar los precios internacionales y que sea un poco más fácil de comercializar nuestro producto.

A nivel mundial, el organismo destacó el acrecentamiento de la producción de maíz en 2018-2019 a 1,054.3 millones de toneladas, 1.8 millones más que lo proyectado en el reporte anterior, por los incrementos principalmente de Estados Unidos y un poco de Europa que más que compensaron la disminución de Canadá y de Rusia, este último por un decrecimiento en el área sembrada y una reducción de los rendimientos esperados, ya que en junio se presentaron calores extremos y sequía en la zonas del norte y sudeste del Cáucaso.

También por ello es de esperarse que Rusia disminuya sus exportaciones más de lo que aumentaran las de Estados Unidos. En este mismo contexto de comercio exterior, se vaticina que Corea del Sur y Arabia Saudita aumentaran sus importaciones y que México y Japón las disminuyan.

Respecto a los inventarios finales mundiales de maíz, se estima que disminuyeron en 2.73 millones de toneladas, impulsado principalmente por la contracción de inventarios finales de Estados Unidos, México, Japón y China. Al final del día los mercados vieron con buenos ojos el reporte que permitió parar la caída y tener una ligera ganancia de 1.6% en el precio del maíz en el mercado de Chicago.

Lo que es claro, es que esta temporada hubo una mezcla de variables, principalmente la de tipo de cambio que permitió que el maíz en México tuviera un buen precio para los agricultores, desafortunadamente la guerra comercial de Estados Unidos y China, ha generado mucha incertidumbre y ha afectado fuertemente los precios del grano, haciendo más incierto su precio a futuro, lo que pudiera ocasionar que no se esperen precios similares a los del ciclo otoño invierno 2017-2018.

En el corto plazo, además de seguir este tema de comercio exterior, habrá que estar al pendiente este del clima de Estados Unidos, como este pudiera afectar o beneficiar los rendimientos futuros de la producción de maíz y también los inventarios finales esperados, mismos que determinan en buena medida los precios de los granos.