La compañía Bloomberg,  publicó un artículo que define la manera en que el deseo y la necesidad de una producción local diversa, ha disminuido a medida de que los mercados globales han crecido, la historia de la agricultura a escala industrial ha modificado literalmente el paisaje estadounidense en poco menos de tres décadas.

En la lógica de Bloomberg, los años noventa trajeron consigo la prevalencia de los cultivos con organismos modificados genéticamente (OMG)  fenómeno que sin duda hizo que se disminuyera la diversidad de los campos estadounidenses.

No obstante, no solo los OMG ayudaron a la propagación del maíz y la soya, sino que se presentaron múltiples factores como el aumento de la demanda de etanol, las grandes exportaciones agrícolas a China, los costos de transporte más baratos, el aumento de la concentración regional de lotes de ganado y el cambio climático.

De esta forma, la región tradicionalmente conocida como el Cinturón del Maíz, la cual se caracteriza por comenzar en algún lugar de Ohio y terminar en el borde de las Grandes Llanuras, necesita una nueva definición. Según el estudio, se presentaron aumentos o caídas porcentuales de superficies en los condados dedicados al maíz de los Estados unidos en los últimos 22 años.

Por ejemplo, parte de la superficie del Cinturón en el lado este ha disminuido en los estados de Indiana, Ohio y Michigan, mientras que la producción se ha extendido hacia el oeste en las Dakotas, asimismo,  avanzó un poco hacia el norte de Minnesota y se extendió a través de Missouri. Esto provocó un auge en la producción de maíz a lo largo de la franja de la costa este de Pensilvania hasta las Carolinas, así como en los condados a lo largo del río Mississippi.

En este tenor, el maíz sigue siendo el cultivo estrella de los Estados Unidos en valor de dólares, sin embargo, este año perdió su corona como el producto agrícola más plantado, después de ser superado por la soya por primera vez en 35 años.

El cultivo de soya, ha suplantado algunas áreas de maíz de forma dramática. Entre los estados que han optado por cultivar dicha semilla oleaginosa a costa de la disminución de su producción de maíz,  están Ohio, Michigan y Wisconsin, quizás porque los frijoles de soya prosperan en el mismo clima que el maíz, y a veces,  ambos cultivos se rotan frecuentemente para mantener el suelo saludable.

Por otro lado, la soya se beneficia de algunos factores que respaldan la demanda del maíz, como la producción de biodiesel (aunque esta no se acerca a la del etanol de maíz). Además, cabe agregar que la soya posee un gran fan: China.

En consecuencia, los volúmenes de importación de soya estadounidense en China, aumentaron más de 15,000 por ciento del año 1995 al 2017, cifra que contundentemente elevó a la semilla oleaginosa frente al maíz.

Dentro de la categoría de cultivos menores en EUA, el trigo se perfila como el gran perdedor por su constante disminución histórica de superficie sembrada, por causas como la competencia en la región del Mar negro, la falta de variedades de OMG y su ineficacia como pienso, en comparación con el maíz y la soya.

Entonces ¿A dónde irán los campos estadounidenses? preguntan de forma retórica los analistas Alan Bjerga, Cindy Hoffman y David Ingold de Bloomberg, la agricultura es un arte y una ciencia que en el siglo XXI exige demasiada especialización, la globalización disminuye y fluye, pero, en Estados Unidos no es probable que la diversidad regrese.

El comportamiento del consumo de soya estadounidense en China puede disminuir, aumentar o restringirse en un contexto de guerra comercial. Esta situación, podría mostrar un panorama en el 2019 donde el maíz reafirme su posición en el mercado.

En algún momento, las variedades mejoradas de trigo podrían ver las olas de ámbar regresar, las demandas climáticas podrían impulsar más producción de sorgo, o la derogación de las normas de etanol podría hacer retroceder algunas de las ganancias del maíz.

La situación del maíz en EUA en términos económicos, políticos y culturales, presenta atributos de reflexión para México, el contraste bilateral inevitable,  nos lleva a cuestionar hasta dónde las estrategias hegemónicas de producción de granos en los Estados Unidos,  repercuten en nuestras propias tendencias hacia la diversificación de cultivos.

Fuente:

https://www.bloomberg.com/graphics/2018-crop-shift/?srnd=premium