Sistemas Alimentarios hacia el 2030
Considerando la importancia de los sistemas alimentarios para el futuro del planeta y concretamente como la transformación de estos sistemas puede impactar en el día a día de los productores y los consumidores, se ha propuesto por parte de la FAO ejes de trabajo para incidir positivamente en las transformaciones requeridas, este tema es importante en si mismo, pero aún más cuando estamos en un período de elecciones donde se debe de impulsar cambios que transformen la situación actual del campo para bien.
La FAO nos indica que los sistemas agroalimentarios son esenciales para la supervivencia humana y para un mundo libre de hambre: sin ellos no puede lograrse la erradicación del hambre y la pobreza. También es cierto que, en su estado actual, los sistemas agroalimentarios presentan desequilibrios, pueden afianzar las injusticias y generan un gran porcentaje de emisiones nocivas.
Es por ello por lo que el Marco estratégico aprobado en julio de 2021 busca respaldar la Agenda 2030 mediante la transformación de unos sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resiliente y sostenibles. Este enfoque se ha sintetizado como los ejes: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
Los cuatro ejes reflejan las interconexiones entre las dimensiones económica, social y ambiental de los sistemas agroalimentarios y se basan en ellas. Estas interconexiones tienden a manifestarse en tres esferas principales: productividad agrícola, repercusión ambiental y sostenibilidad social (siempre que la productividad esté relacionada principalmente con la sostenibilidad económica). Por tanto, el enfoque de los sistemas agroalimentarios de la FAO proyecta la agricultura, por encima de sus funciones de producción y macroeconómicas, como el modo de lograr la seguridad alimentaria y unos medios de vida resiliente, promover la innovación y catalizar inversiones y asociaciones.
Una mejor producción significa:
- Incremento de la productividad, con el resultado de unos ingresos más elevados para los productores y una mayor abundancia de productos en la comunidad;
- Sostenibilidad de la agricultura, lo que lleva a una mayor productividad y seguridad alimentaria, al tiempo que fomenta unos ecosistemas saludables y favorece la gestión sostenible de los recursos naturales;
- Eficiencia en el uso de agua dulce para satisfacer las necesidades de riego y de consumo de las comunidades, lo que las hace más resiliente;
- Incremento de las extracciones de agua dulce para dotar a las comunidades de suficiencia hídrica y mejorar la salud y el bienestar públicos;
- Gestión forestal sostenible con el objetivo de crear un doble dividendo en relación con los ingresos locales y la conservación de los recursos
Una mejor nutrición significa:
- Menor sub alimentación, especialmente en los primeros años de vida, para que las personas crezcan sanas y productivas;
- Suministro de alimentos saludables para promover el bienestar general;
- Mayor seguridad alimentaria, lo que supone unos precios más equilibrados para los alimentos y un mayor acceso de las personas pobres a todos los productos y servicios;
- Mayor inocuidad de los alimentos para salvaguardar la salud pública y reducir la mortalidad prematura de las madres y los niños por enfermedades no transmisibles; y
- Mejor distribución de alimentos para reducir la pérdida y el desperdicio alimentarios y aumentar la autosuficiencia de la comunidad.
Un mejor medio ambiente significa:
- Conservación de la biodiversidad endémica para que las comunidades locales puedan seguir utilizando las especies endémicas con fines alimentarios, agrícolas y medicinales;
- Protección de las razas locales para que las comunidades locales puedan mantener sus medios de vida tradicionales;
- Aplicación de programas, políticas y prácticas de agricultura climáticamente inteligente para mitigar el cambio climático y hacer más resilientes a las comunidades locales frente a este;
- Conservación de los ecosistemas forestales con el fin de asegurar la provisión de servicios ecosistémicos forestales para todos, y especialmente para las comunidades locales y de las zonas de montaña.
Una vida mejor significa:
- Aumento de los ingresos de los productores de alimentos en pequeña escala, lo que contribuye al bienestar general de sus comunidades;
- Orientación del gasto público hacia el sector agrícola, con el fin de ayudar a las comunidades rurales, fundamentalmente dependientes de la agricultura, a asegurar sus medios de vida;
- Asegurar la tenencia de la tierra, mediante la promoción del sentimiento de propiedad o el fortalecimiento de los derechos sobre las tierras agrícolas, lo que permite a hombres y mujeres crear comunidades prósperas; y
- Garantizar los derechos de la mujer a la propiedad y al control de las tierras, lo que debería reducir las desigualdades de género, con beneficios para el bienestar general de la comunidad.
Este es un buen punto de partida de lo que debería de proponerse de manera integral para la nueva administración, cualquiera que esta sea. Se debe impulsar el desarrollo de un sistema alimentario sostenible que contribuya a lograr los objetivos que como país y como estado nos vamos proponiendo, pero tiene que ser un esfuerzo de largo plazo, transexenal, con políticas integrales, que incluya las herramientas y programas que atiendan no solo las problemáticas coyunturales, pero que aborden las necesidades de largo plazo de una población creciente y cada vez más demandante de alimentos de calidad. Pero que al mismo tiempo permitan a los productores y a todos los actores de las cadenas agroalimentarias mantener una rentabilidad adecuada, ante una situación climática y comercial cada vez más complicada.