Trabajo de los Jóvenes Menores de Edad en el Campo

En el marco de la conmemoración del Día Mundial en Contra del Trabajo Infantil (hoy 12 de junio) la AARC hace suya, y apoya la iniciativa de la ONU para desterrar el trabajo infantil forzado que desafortunadamente sigue ocurriendo en muchas partes del mundo.

El trabajo infantil es un problema complejo que tiene múltiples causas: pobreza extrema; número de descendientes que excede la capacidad económica de manutención de los adultos proveedores; falta de cobertura escolar en zonas remotas; edad de reproducción muy temprana, costumbres ancestrales; falta de guarderías, falta de supervisión gubernamental; etc.

A través de décadas de concientización y determinación, los productores agrícolas del valle de Culiacán han eliminado la práctica de trabajo infantil en sus campos. Pero es importante diferenciar entre trabajo infantil y trabajo de jóvenes menores de edad. Ya que el trabajo juvenil se practica en la mayoría de los países de primer mundo.

Nuestros principales competidores comerciales (Estados Unidos y Canadá) permiten el trabajo voluntario remunerado de jóvenes de 16 y 17 años en prácticamente todo el espectro de actividades económicas. De la misma manera, nuestra constitución permite el trabajo remunerado a jóvenes de 15 años en adelante (Articulo 123, apartado A, fracciones II y III).

Por lo anterior, la AARC, al igual que la gran mayoría de los organismos de representación agrícola del país congregados en el Consejo Nacional Agropecuario apoyaron las modificaciones al artículo 123 para permitir que jóvenes de 16 y 17 años puedan laborar legalmente en trabajos agrícolas y de otro tipo que sean adecuados para su edad. Al igual que en Estados Unidos y Canadá.

El permitirles trabajar voluntariamente a los jóvenes de 16 y 17 años que así lo decidan tiene varias ventajas:

Evidentemente, el escenario ideal es que los jóvenes mexicanos permanezcan en el sistema educativo el mayor tiempo posible para mejorar su perfil educativo y de ingresos futuros, pero mientras las condiciones para que eso suceda no se den de manera óptima y generalizada, es un acto de justicia mínima darles la opción de enfrentar sus responsabilidades económicas en su país, bajo el amparo de la ley y no fuera de él, donde son víctimas fáciles de explotadores.

NO al trabajo infantil, SI a la libertad económica y protección legal para jóvenes de 16 y 17 años que decidan trabajar.

Redacción: Por Horacio Campaña Acosta