Presenta el Consejo Nacional Agropecuario una Visión para el Futuro del Campo

 

El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) presentó “Una Visión de Futuro para el Sector Agroalimentario y Forestal”, mismo que parte de la “Visión 2030 Propuesta de Modelo de Política Pública para el Sector Agroalimentario y Forestal”. La estructura de este nuevo documento “Visión de Futuro”, se ha propuesto continuar con la identificación de tendencias nacionales e internacionales entre 2015 y 2022 -de acuerdo con la disponibilidad de información- encaminadas al fortalecimiento y modernización de las actividades agroalimentarias; evaluar los avances tecnológicos, económicos, institucionales, sociales y medioambientales que ha tenido el sector agroalimentario en los últimos años e identificar las problemáticas transversales que se han agudizado; así como desarrollar un plan de acción participativo y recomendaciones de política pública con la dirección del CNA y la membresía, para  el fortalecimiento de las actividades agroalimentarias.

Para ello, se ha diseñado un nuevo modelo metodológico de análisis compuesto por cuatro dimensiones:

I) Económica y productiva, II) Innovación y Sostenibilidad, III) Social e IV) Institucional.

Cada dimensión contempla una serie de indicadores que presentan información relevante para cada uno de los seis subsectores agroalimentarios: Agrícola, Agroindustrial, Hortofrutícola, Forestal, Pecuario y Pesca y acuicultura. Esta “Visión de Futuro” constituye un detallado análisis sobre el valor y la importancia del sector agroalimentario en México, revelando su papel fundamental como motor de desarrollo económico y social en el país. Dividido en tres capítulos, este informe se sumerge en la esencia y la actualidad de cada subsector, así como en una proyección visionaria hacia el futuro del sector.

El Capítulo 1 desentraña la relevancia del sector agroalimentario como un pilar clave para el crecimiento nacional, utilizando un modelo analítico que redefine la política pública desde un
análisis multidimensional. Aquí se plantea una metodología integral que guía la comprensión y el estudio detallado de cada dimensión.

El Capítulo 2 sumerge al lector en la realidad actual del sector agroalimentario, ofreciendo un análisis minucioso de su situación general, así como un desglose específico de cada subsector,
desde el agrícola hasta el agroindustrial. Esta sección presenta un panorama detallado y actualizado de la dinámica, desafíos y logros de cada área dentro del sector.

• El Capítulo 3, por su parte, proyecta una visión prometedora y retadora para el futuro del sector agroalimentario en México. Desde un enfoque de productividad y tecnología hasta la
sostenibilidad y competitividad, este capítulo ofrece una proyección detallada y estratégica para asegurar la evolución y el fortalecimiento del sector en el tiempo venidero.


El componente I se enfoca en un Sector agroalimentario productivo y tecnológicamente avanzada que garantice la seguridad alimentaria. Esto implica no solo el uso de tecnologías de punta en la
producción agroalimentaria, sino también la inversión en investigación y desarrollo de variedades de cultivos más productivas y resistentes a las condiciones climáticas adversas todo esto en conjunto con técnicas amigables con el medio ambiente. Dentro de este componente se consideran como prioritarias las siguientes propuestas de acción:

 

• Fortalecer alianzas entre productores, gobierno y academia.

• Integración de cadenas de valor y desarrollo de infraestructura.

• Inocuidad y sanidad que garanticen productos alimentarios de calidad.

• Estructura financiera y de seguros especializada en el sector primario.

• Desarrollo científico, generación de datos y uso de tecnologías.


El componente II busca un Sector agroalimentario con mano de obra profesionalizada y condiciones de vida dignas. Esto significa no solo mejorar los salarios, sino también proporcionar condiciones de trabajo seguras, fomentar la formación y educación continua, y garantizar el acceso a servicios básicos de salud y seguridad social para todos los trabajadores del sector. Este componente complementa al primero y al segundo porque el sector tecnificado que visualizamos requiere una mano de obra cualificada, y esta mano de obra son personas conscientes con las necesidades y retos que enfrentamos en materia ambiental. Dentro de este segundo componente se consideran como prioritarias las siguientes:

• Profesionalización y desarrollo de condiciones laborales

• Reconocimiento del papel activo de la mujer

• Integración de adultos jóvenes y erradicación del trabajo infantil

• Disminución de la migración de trabajadores y acceso a la tierra


El componente III aspira a un Sector agroalimentario sostenible y competitivo. Esto implica reducir la huella de carbono del sector, implementar prácticas de uso eficiente del agua, y promover la conservación del suelo y de la biodiversidad. También significa desarrollar una economía agroalimentaria que pueda competir en los mercados globales, ofreciendo productos de alta calidad que satisfagan las demandas de los consumidores nacionales e internacionales. Sin un medio ambiente sano no es posible pensar en una producción agroalimentaria segura. Por lo que dentro de este componente se consideran prioritarias las siguientes propuestas de acción:

• Uso eficiente de los recursos hídricos

• Oferta diferenciada en políticas de acción climática

• Transferencia e innovación de tecnologías sostenibles


El componente transversal de la visión es el Fortalecimiento de instituciones que puedan apoyar la implementación de estas iniciativas. Este pilar es esencial para garantizar que la visión se convierta en realidad, ya que, sin la infraestructura institucional adecuada, incluso las mejores ideas pueden quedarse cortas en su implementación. Por lo que dentro de este componente transversal se consideran las propuestas de acción siguientes:

• Programas presupuestarios continuos con orientación productiva

• Certeza jurídica de las inversiones

• Diferenciación en las políticas públicas por tamaño de productor y/o cultivo

Este reporte propone que existe una oportunidad única para reestructurar e impulsar el sector agroalimentario mexicano. A través de una visión sólida, orientada hacia el futuro, y respaldada por la evidencia, es posible aumentar la producción, mejorar los salarios y adoptar prácticas más sostenibles, posicionando al sector agroalimentario como un protagonista clave en el desarrollo económico y social de México.